Ser mujer conlleva muchas cosas y una serie de alteraciones que los hombres no sufrimos por cuestiones morfológicas, (sufrimos otras, pero nunca tantas como ellas). En todo caso, la vaginitis es una enfermedad muy común en mujeres en edad fértil (aunque también lo pueden sufrir mujeres en climaterio o menopausia). También es conocida como vulvovaginitis y se caracteriza por la inflamación o infección de la vagina y/o de la zona vulvar.
Si te estás haciendo alguna de estas preguntas, quizás este artículo te pueda ayudar.
Los síntomas más típicos de la vaginitis son el picor, la inflamación, el dolor, un olor más fuerte y escozor. Ésta se da en los casos en que la flora vaginal de la mujer se ha visto afectada o alterada por algún motivo, que pueden ser diversos.
La toma de antibióticos es la más común, pero la higiene, la forma de limpieza, la colonización de bacterias desde el ano a la zona vaginal, las duchas vaginales, las relaciones sexuales con diferentes personas, los dispositivos intrauterinos o aros vaginales, ciertos alimentos… Bueno, hay un montón de factores que pueden llevar a padecer de vaginitis y de ellos os queremos hablar.
Las principales causas de la vaginitis son, como dijimos, la alteración de la flora vaginal y la inflamación de la zona vulvar. Cuando la flora se altera se da esta inflamación e irritación. Ahora bien,¿por qué se altera la flora vaginal? Hay muchas causas que pueden hacer que la flora vaginal se altere. Desde la alimentación a la fricción, pasando por la intolerancia química a algunos productos de higiene personal. Os los voy a enumerar para que logres identificar de un vistazo si a ti también te ha pasado algo de esto:
Bueno, como ves, las causas pueden ser muchas. Incluso alguna más como la intolerancia química múltiple. En todo caso debemos ser conscientes de que la vaginitis es fácil de contraer. Por suerte también es fácil de tratar. Pero antes, vamos a ver los síntomas relacionados.
En cada caso deberemos personalizar el tratamiento ya que la causa es diferente y se debe poner remedio al origen, sino nos encontraremos con que se vuelve una vaginitis recurrente. Pero algunos de los elementos comunes al tratamiento son éstos:
De hecho, hay tantas soluciones como problemas que lleven a la vaginitis. Podemos encontrar solución para todo, pero antes debemos determinar el origen del problema, ver de dónde viene o qué lo provoca. Esa pista nos dará la información necesaria para determinar un tratamiento adecuado.
Dependiendo de la sintomatología que presente el paciente podemos determinar el tipo de vaginitis que padece. Los tipos de vaginitis son:
Este caso sucede cuando la proliferación de esta levadura se da en exceso. Suele deberse a la colonización de la levadura desde el ano, por la zona perineal. La cándida es un hongo que es capaz de instalarse en diferentes partes del cuerpo. Incluso, cuando se padece de hiperpermeabilidad intestinal, llegar a torrente sanguíneo y viajar por el organismo. Pero se han detectado casos de cándida albicans en la cavidad bucal, intestinal, en los pliegues de la piel, etc.
Este tipo de vaginitis es de transmisión sexual debido a un parásito unicelular, más conocido como Trichomonas vaginalis. Se contagia de personas que tienen la infección, muchas veces asintomáticas.
En el hombre parece infectar las vías urinarias y suele vivir asintomático. En la mujer coloniza la zona vaginal provocando la vaginitis.
Se trata de otra de las infecciones comunes de la vaginitis y también suele darse a través de las relaciones sexuales. Suele ser infección por herpes (Herpes simplex). Los síntomas relacionados con la vaginitis viral suelen ser el dolor, el picazón y la irritación de la zona afectada.
Es la más común y se desarrolla por una alteración en la flora vaginal de la paciente. La causa de esta alteración puede ser muy diversa, desde la toma de fármacos hasta una alimentación rica en carbohidratos.
Parece ser que las mujeres que mantienen relaciones sexuales con diferentes parejas tienen más posibilidades de padecer vaginitis. El motivo se desconoce. Podría deberse a la fricción durante el acto, que altere la flora bacteriana.
Éste también es una de las causas más comunes de la vaginitis. Aerosoles, compresas y tampones blanqueados, productos de higiene íntima, aceites, lubricantes, espermicidas y otros suelen afectar a la zona vaginal y vulvar pudiendo provocar la enfermedad. A veces incluso ciertos tipos de tejidos pueden provocar la vaginitis no infecciosa.
Como puedes ver existen muchos tipos y muchos motivos por los cuales se puede padecer una vaginitis, pero lo más importante es conocer el origen del problema. No daremos una anti fúngico en una vaginitis viral o un antibiótico en una vaginitis no infecciosa, como podrás entender. Así que, antes de tomar ninguna acción, asegúrate de qué tipo de vaginitis padeces y no dejes de consultar a un profesional para que te guíe en el tratamiento.
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Pau Elias Mondelo
Naturópata y Coach en Nutrición Ortomolecular
Colegiado Nº 3248 ONC Fenaco
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